Antes de consultar con el neurólogo, es importante que se haga un estudio clínico juicioso con diferentes especialistas, como el médico pediatra, el neuropsicólogo, el psicólogo clínico, el psiquiatra infantil, etc., para evaluar la necesidad de reimitir al niño o no. Algunas señales de alerta son: 1) Sospecha de trastorno por déficit de atención con / sin hiperactividad.
2) Retrasos en el desarrollo global y motor.
3) Trastornos del lenguaje.
4) Crisis epilépticas (ausencias, convulsiones) con o sin fiebre.
5) Sospecha de retraso o capacidad intelectual por debajo de lo esperado.
6) Trastornos del aprendizaje escolar como la dislexia.